*Extraído del panel de People Day de Paulina Yazigi (Asociación AFP), Octavio Vergara (SelloMayor) y Ximena Abogabir (Travesía100)
Es crucial abordar uno de los grandes desafíos de nuestra sociedad: la integración y valorización de todas las generaciones en el entorno laboral.
Hoy, más que nunca, se hace necesario repensar el rol de las personas mayores en el trabajo y cómo podemos superar los estereotipos y barreras que limitan su participación.
En Chile actualmente tenemos la misma edad de retiro de hace 100 años atrás (65 hombres y 60 mujeres). Pero la expectativa de vida ha aumentado en 40 años, por lo que estamos poniendo un techo a la edad de trabajar, siendo que cada año extra impacta un 5% más en la pensión.
Una realidad que no podemos negar es que en 40 años vamos a ver triplicada la población. El problema es que esto ha pasado en muy poco tiempo, por lo que no hemos tenido la capacidad de adaptarnos.
Lo primero es que las empresas vean de verdad en quiénes componen este segmento de personas mayores que quieren continuar trabajando. Por ejemplo en la U. Católica se hizo una encuesta donde surgió que un 70% de las personas que actualmente trabaja lo seguiría haciéndolo después de jubilarse.
Existe una tendencia cada vez mayor a contratar a personas mayores en las empresas, especialmente en Europa.
Una cosas son las creencias que se instalan en las propias personas mayores y otras son las de las empresas. En un estudio encargado a Criteria se fueron desvelando los estereotipos, por ejemplo:
Es importante considerar que ambas cosas deben hacerse juntas. No se obtiene nada con subir la edad de jubilación si siguen presentes los sesgos en las empresas para impedir que estas personas sigan trabajando.
Actualmente se está discutiendo un proyecto de ley que aborda un contrato de trabajo especial para las personas mayores.
Las empresas van a contratar a personas mayores cuando sea beneficioso para las empresas. Y este contrato de trabajo entrega mayores elementos de flexibilidad (de común acuerdo): tanto en bandas horarias, como en cantidad de horas a trabajar.
Entonces, por ejemplo en algunas empresas de retail podría ser beneficioso contratar a personas con esta flexibilidad.
Algunas ideas que podemos considerar son las siguientes:
Existen empresas icónicas que no han sobrevivido por no poder adaptarse. Y las empresas tienen también que adaptarse al cambio demográfico. Pensando sobre todo que un 20% de los clientes de las empresas son personas mayores.
En conclusión, la integración de las personas mayores en el entorno laboral no solo es un desafío necesario, sino una oportunidad para aprovechar su experiencia y talento.
Superar los estereotipos y fomentar su empleabilidad es clave, especialmente en un contexto en el que la esperanza de vida ha aumentado significativamente. Las empresas tienen un papel crucial en este proceso, y adaptarse al cambio demográfico les permitirá ser más inclusivas y resilientes.
La implementación de políticas flexibles, junto con un enfoque renovado en el propósito y las capacidades, facilitará una transición positiva hacia un entorno laboral más diverso y sostenible.