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Nuevas formas de trabajar: ¿Cómo avanza la adaptabilidad laboral en Chile?

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| 2 Minutos de lectura

| Publicación julio 15, 2025| Última actualización julio 15, 2025


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El debate sobre las jornadas laborales no es nuevo. Desde los históricos convenios de la OIT hasta la reciente implementación de la Ley de 40 Horas en Chile, los cambios en cómo, cuándo y cuánto trabajamos han ido tomando fuerza. Hoy, en un contexto donde las personas valoran más que nunca la flexibilidad, conocer las herramientas que entrega la legislación laboral es clave para construir entornos laborales más justos y humanos.

¿Qué entendemos por adaptabilidad laboral?

Es la capacidad de ajustar la jornada y condiciones de trabajo según las necesidades de las personas y las organizaciones, sin perder derechos laborales. La legislación chilena ha incorporado distintas figuras legales que permiten esta flexibilidad, tales como:

 

  • Jornada parcial: Máximo 30 horas semanales. Puede pactarse con estudiantes, madres, padres u otros perfiles. Hoy, el 19,5% de las mujeres en Chile trabaja bajo esta modalidad.
  • Jornada reducida: Entre 30 y 44 horas semanales, pactadas libremente. No está regulada por un artículo específico, pero es válida siempre que no supere los límites legales.
  • Pactos 4x3: 4 días de trabajo por 3 de descanso. Requiere que la empresa haya implementado la jornada de 40 horas.
  • Jornada por promedio semanal: Permite distribuir las horas dentro de un ciclo de hasta 4 semanas, sin exceder las 40 horas promedio.
  • Banda horaria para padres y madres: Derecho a modificar el inicio o fin de la jornada en hasta 1 hora, si tienen hijos menores de 12 años.

¿Qué dice la ley hoy?

La normativa chilena permite, por ejemplo, pactar jornadas flexibles, siempre que se respeten los límites máximos de 10 horas diarias y 40 horas semanales (en régimen). Además, reconoce el trabajo a tiempo parcial como una modalidad legítima, con todos los derechos laborales asociados. Esto es clave para personas que no pueden o no quieren trabajar jornadas completas.

La realidad en las organizaciones

A pesar de los avances, la flexibilidad aún no es la norma:

 

  • El 63% de las organizaciones mantiene horarios fijos.
  • Solo el 20% permite una jornada totalmente flexible.
  • Apenas el 35% entrega permisos sin descontar horas, lo que refleja un espacio de mejora en cuanto al bienestar de las personas.

Perspectiva de género

La flexibilidad laboral tiene un componente de género importante. Las mujeres son mayoría en las jornadas parciales (65,3%) y valoran más la flexibilidad laboral que los hombres. De hecho, un 66% de las mujeres con hijos declara estar satisfecha con la flexibilidad entregada por su empresa, versus un 63% en el caso de mujeres sin hijos.

Un llamado a avanzar

La adaptabilidad laboral no solo responde a una necesidad social, también es una oportunidad estratégica. Diseñar jornadas más humanas, flexibles y adecuadas al contexto actual permite atraer talento diverso, aumentar el compromiso y construir culturas organizacionales más inclusivas.

 

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